miércoles, 2 de abril de 2014

Capitulo 04.

- ¡Cuidado que te caes! - me gritó Paula riéndose cuando resbalé al salir de la discoteca. Reí con ella.

- Voy a ponerme las manoletinas. - dije apoyándome en un coche.

- Yo también  o si no, me romperé un tobillo - dijo Jennifer. Reí, por que era cierto.

- ¿Que hora es? - le pregunté a Paula.

- Las 4:30 - dijo mirando su reloj.

- Tengo que irme ya - dije suspiran y apoyándome de nuevo en el coche.

- ¿Te iras sola? - preguntó Jennifer. Las 3 estábamos  borrachas, si, se podría decir que si.

- No tengo más remedio - dije poniéndome derecha y sujetando los tacones en mis manos. Ellas se iban juntas por que vivían mas o menos al lado, y yo, vivía en la otra pun.ta!.

- ¿Por qué no llamas a Zac? - dijo Jennifer.

- ¿Estas borracha o que?! - le pregunté. Ambas reímos.

- No, en serio, dile que quieres verle y que te lleve.

- Es que no quiero verle, es muy pesado, me acosa - hice una mueca.

- Bueno… - dijo Paula - Ten cuidado ¿Vale?

- Vale - le sonreí y la abracé. Jennifer se unió al abrazo.

- Me lo he pasado muy bien. - dije.

- Tenemos que repetir! - gritó Jennifer.

-.Seguro!.-.dijo ahora Paula.

-Adiós chicas - dije dispuesta a cruzar la calle.

-.¡Adiós! ¡Ten cuidado! - dijeron marchándose por el lado contrario a donde iba yo. Crucé el paso de peatones mientras que mi cabeza daba vueltas. ¿Debería llamar a Zac y ahorrarme el camino de una hora? Cogí el móvil indecisa.
¿Lo llamaba o no?

- ¿_______? - preguntó alguien. Zac. Me giré y lo vi con sus amigos, y amigas, acababan de salir de un bar de copas.

- Hey - dije levantando mi mano en forma de saludo y un poco incomoda.

- ¿Donde vas? - me preguntó acercándose.

- Voy a.. casa -.sonreí.

- ¿Andando?

- mmmmm.. si - hice una mueca.

- ¿Por que no me llamaste? Te hubiera llevado.

- Bueno… no quería molestarte - murmuré.

- ¿Por que no me contestabas a las llamadas? ¿Y los mensajes? - me preguntó. Me mordí el labio.

- Emmmm….

- emmmmmm - repitiò Zac esperando mi respuesta.

- No tenia ganas de hablar contigo - mordí mi labio esperando su reacción.

- ¿¡Que no querías hablar conmigo?! - me gritó. Me encogí un poco y me alejé.

- ¡ZAC! - gritaron sus amigas haciéndoles señas para que se uniera a ellas.

- ¡ Ahora vengo! - les gritó. - Tu y yo tenemos que hablar - dijo cogiéndome del brazo. Tiró de mi hasta quedar alejados de sus amigos. Nos pusimos en una esquina.

- ¿¡Por que no querías llamarme?! - me gritó.

- ¿Sabias que te pones muy feito cuando te enfadas?- dije acercándome a él y poniéndole el cuello de su camisa bien. Solté una risita. Maldito alcohol. ¿Que estaba haciendo?

- ¿Has bebido? - me pregunto Zac.

- No - le sonreí. Rozé su menton con mis labios.

- Sigo enfadado contigo - dijo cogiendome de la cintura.

- Vaya… - susurré en su oido. Abrazé a Zac y él correspondió a mi abrazo.

- Lo siento - mentí.

Zac suspiró - No te preocupes - me dió un beso. Sonreí.

- Vamos - dijo cogiendo mi mano - Te acompaño a casa.

- No tienes por qué hacerlo.

- Claro que si - me sonrió.

Me guió hasta su coche, un Toyota Corolla gris. Abrí la puerta y me subí al asiento del copiloto. Dejé los tacones a un lado y me puse el cinturón. Froté mis manos mientras que Zac encendía la calefacción. Puso la radio y arrancó. Puse mis manos donde salía el aire caliente para calentarlas.

- _______ y sus manos frías – sonrió mirándome.

-Siempre – las froté. Zac no era un mal chico, aparte de su lado de galán y de ser muy celoso y protector conmigo, era dulce y atento… cuando quería.
Llegamos a mi portal, saqué las llaves y abrí con dificultad la puerta. Ambos pasamos. Llamé al ascensor y esperamos a que bajara.
Se abrieron las puertas y ambos entramos. Zac se puso detrás de mí, me rodeó la cintura con sus brazos y me pegó a él. Cerré mis ojos un momento, que sueño. Cuando el ascensor llegó nos separamos y me acompañó a mi puerta, la abrí, dejé los tacones y el bolso allí y me giré para mirarlo - ¿Cuando volveré a verte? - me preguntó.

- No se - me encogí de hombros.

- Cuando la princesa diga - rodé los ojos, que empalago. No me gustaba que me llamaran princesa. Sonreí forzosamente.

- Bueno, vete ya, no quiero que llegues muy tarde. - Me puse de puntillas para darle un beso en la mejilla. Él giró la cara y me robó un beso. Me cogió del trasero y me pegó a él. Pasé mis brazos alrededor de su cuello incómoda.

- ¿Que pasa? - me susurró. Negué con la cabeza. El ascensor se escuchó, y yo me separé de Zac. Unas risitas de una chica se escucharon. Zac y yo miramos a la emisora de esas risitas. Aparecieron Justin y una chica rubia... Potente, como diría Paula, guapa, cuerpo de infarto...
Mi mirada se encontró con la de Justin, la aparté.

- Hola - dijo Justin.

- Hola - dijimos Zac y yo al unisono. Justin sacó las llaves.

- Tienes que irte - murmuré.

- Te veré mañana

- Te dije que no lo sé. - entré en casa. - Adios Zac. - cerré la puerta. Me apoyé en la puerta y suspiré.




Apenas pude dormir esa noche, ya que desde mi habitación se escuchaban los gritos de la rubia que iba con Justin.
Me levanté a las 11. Caminé como un zombie hasta la cocina. Cogí una pastilla, un vaso de agua y me la tomé.
Decidí hacerme unas tostadas, abrí el cajón y no había pan. Bien, tendría que bajar a comprar.
Me puse unos leggins negros, una sudadera y recogí mi pelo en un moño. Me lavé la cara y los dientes, cogí el dinero, las llaves y salí. Cuando volví Justin y la chica rubia estaban en la puerta.

- ¿Me llamarás? - dijo ella.

- Ya veré - dijo Justin indiferente.

- Eres odioso - dijo esta enfadada.

- No gritabas ayer lo mismo - le guiño un ojo y esta se fue enfadada, me eché a un lado para que pasara, miré hacia atrás y la vi irse en el ascensor. Después miré a Justin que seguía en la puerta y me estaba mirando. Lo miré de arriba a abajo mientras me dirigía a mi puerta.

- Todo un rompecorazones.¿eh? - le sonreí mientras me sacaba la llave del bolsillo.

- Algo así - se encogió de hombros.

-.¿No tienes frio? - dije mirándole el cuerpo.

-.¿Te lo pasaste bien ayer con tu amigo ?

- Si - dije encogiéndome de hombros - Yo ni te pregunto por que sus gritos no me dejaron dormir. - abrí la puerta de casa.

- Eso ocurre cuando estas con un Bieber - sonrió picaro.

- Sera eso - murmuré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario