Caminamos por la parte de a fuera del edificio, mi corazón iba rápido. Solo se escuchaban nuestras pisadas en la arena. Llegamos a la puerta que daba al almacén.
- Me quedaré fuera vigilando - dijo Erik. Asentí y entré en el edificio oscuro. Cogí mi móvil y lo desbloqueé para tener un poco de luz. Algo se movió a mi lado y alumbré a una rata que acababa de salir de detrás de una caja. Lamí mis labios y seguí avanzando, teniendo mucho cuidado en donde pisaba.
La luz se encendió y entrecerré los ojos.
- Veo que no has tardado mucho en venir - escuché la voz de Kevin y me giré guardando el móvil en el bolsillo de mis pantalones.
- Donde está _____ - le apunté. Él sonrió.
- No te serviré muerto - sonrió cínico.
- Todo se ha solucionado, solo déjame llevarmela maldita sea Kevin - escupí.
- Esto no será tan fácil , suelta el arma o ella morirá. - sacó un aparatito de su bolsillo. Hay una bomba puesta en la habitación donde está tu chica. Si quieres que siga viva, suelta el arma.
Narrado por Jennifer.
Sentía mi boca seca y mi garganta arder. Los ojos me pesaban y el cuello me dolia de tener la cabeza agachada. Ni siquiera tenía más lágrimas para llorar. Las muñecas atadas detrás de la silla me dolian, al igual que mis tobillos, ya que la cuerda me estaba haciendo cortes. Sentía mis piernas escocer debido a que me habian cortado con un folio, tres veces en cada pierna. Para hacer todo esto más interesante, estaba en una habitación oscura, que olía a humedad, y que debajo mia tenía un explosivo. Escuché la puerta abrirse y una tenue luz se encendió. El hombre que había entrado me cogió del metón obligandome a mirarlo.
- Ya viene tu chico para acá, preciosa. Disfrutaré cuando los dos esteis muertos. Solo quedan 10 minutos para que esto explote, ¿Llegara a tiempo a salvarte? Creeme, no me quedaré para averiguarlo - después de darme un apretón en mi mandíbula se fueron dejandome esta vez con la luz encendida. Escuché un sonido, oh no por dios, miré hacia la derecha para ver una rata. Sollocé. Solo 10 minutos, y ahora tendría que quedar nueve. Intenté soltarme por milésima vez las manos, haciendome daño. Grité de frustración mientras escuchaba los “pi” cada vez que un minuto pasaba.
Lloré desconsoladamente cuando solo quedaban cuatro.
- ¿¡JENNIFER?! - escuché a Cody y levanté la cabeza.
- ¡ESTOY AQUI CODY! - grité y lloré. La puerta se abrió dejando ver a un Cody magullado y lleno de sangre.
- Oh dios mio cariño - se acercó a mi corriendo.
- No nos queda tiempo - lloré mientras que Cody me soltaba mis muñecas. Dos minutos. Soltó mis pies y cogió mis manos levantandome, pero mis piernas fallaron debido a los cortes. Lloré impotente. 1 minuto. Cody me cogió y salió corriendo conmigo en brazos. Salimos de ese horrible garaje y algo nos impulsó hacia el suelo. Cody cayó encima mia cubriendome. Tapé mis oidos. Cuando la explosión pasó un poco Cody se levantó.
- Cariño - dijo ayudandome a levantarme. Me senté en el suelo y lo abracé. - Lo siento - me susurró. Me aferré a él.
- Vamonos de aqui - me cogió y me llevó al coche montandome en el asiento del pasajero. Cuando se montó condució fuera de allí mientras yo intentaba calmar mis sollozos.
- Ya ha pasado nena - acarició mi mejilla. Miré sus ojos aguados. Cuando paramos en un semáforo Cody miró mis piernas. Tocó las heridas por fuerta levemente y gemí de dolor. Cody juntó sus labios en una fina linea.
- Lo siento - cogió mis muñecas y las besó.
- Te quiero - sollocé.
- Yo tambien a ti, pequeña - juntó sus labios con los mios. Apoyé mi cabeza en la ventana, sintiendome agotada, mis ojos estaban pesados. - Nena - escuché la voz de Cody lejana - Nena, no te duermas - pero estaba tan cansada y tan dolorida...
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