viernes, 8 de agosto de 2014

Capitulo 88

 
Entré en la cocina guiada por el buen olor a queso. Justin estaba asomado en el horno mientras miraba la pizza.
 
- Huele bien - sonreí mientras que me apoyaba en el marco de la puerta y cruzaba mis brazos.
Justin me miró y una sonrisa tiró de la comisura de sus labios.
 
- Soy un buen cocinero - se encogió de hombros y yo sonreí ante esa mentira. Justin cogió un plato e intentó pasar la pizza del horno al plato.
 
- Espera, te ayudo - me acerqué a él. Cogí la pizza por un borde y la eché en el plato mientras que sentía las llemas de mis dedos arder. Me dirigí al fregadero y abrí el grifo metiendo mis dedos en el agua fría para aliviar un poco el dolor.
 
- Mira que eres burra - dijo Justin. - Podrias haber cogido un tenedor o algo. - dejó el plato en la encimera.
 
- Da igual - cerré el grifo y me sequé las manos.
 
- A ver - dijo Justin cogiendo mis dedos y mirandolos. Frunció el ceño y colocó sus labios en mis dedos, dandole un beso mojado mientras que me miraba. - ¿Mejor? - preguntó. Asentí torpemente.
 
Después de comer nos tendimos los dos en el sofá a ver una pelicula que estaban echando en la televisiòn. Mi cabeza estaba apoyada en el hombro de Justin mientras que este me rodeaba con sus brazos.
 
- ¿Estas mejor? - me preguntó. Lo miré y asentí.
 
- Si, gracias - volví a apoyarme en su hombro.
 
- No tienes que darmelas nena, al contrario, deberia de dartelas yo. Gracias por seguir junto a mi.
 
Levanté de nuevo mi mirada para encontrarme con la suya - Siempre - le sonreí y Justin sonrió.
- Bueno, hasta que te canses de mi - le di un beso.
 
- Eso nunca.
 
- Nunca se sabe - le sonreí abiertamente. Justin negó con la cabeza y besó mi nariz.
 
Esa noche dormimos abrazados. Me sentía bien, parecia que poco a poco me estaba recuperando. Supongo que lo que necesitaba era que él me diera confianza, y lo hizo.
Él móvil de Justin nos despertó. Justin contestó mientras que yo volvía a ponerme cómoda en la cama para seguir durmiendo. 
Sentí los dientes de Justin en mi hombro y sonreí.
 
- Buenos dias preciosa - besó donde anteriormente me había mordido. - ¿Cómo has dormido?
 
- Muy bien, ¿y tú? - giré mi cabeza para mirarlo. Sus pelos estaban revueltos, estaba apoyado con su codo en la almohada. Su cabeza descansaba en su mano.
 
- Perfecto - sonrió.
 
- ¿Quien ha llamado? - pregunté. Justin sonrió abiertamente, tanto que pensé que su sonrisa iba a llegar hasta sus orejas. - ¿Por qué sonries tanto? - reí.
 
- Estoy feliz - se encogió de hombros.
 
- ¿A que se debe esa felicidad extrema? - me giré completamente para mirarlo.
 
- Bueno, estoy con mi chica aqui, sana y salva - besó mi nariz - Y Erin, la esposa de mi padre, acaba de llamarme para que me quede hoy con mis hermanos - su sonrisa se ensanchó más.
 
- ¡Oh! Eso es perfecto, cariño - sonreí.
 
- Tenemos que ir a buscarlos. - tocó mi nariz.
 
- Bien, voy a vestirme - me levanté y fuí a mi habitación para vestirme. Cogí unos pantalones vaqueros cortos y una camiseta negra ajustada. Me quité los pantalones del pijama y mi camiseta quedandome en ropa interior, miré hacia la puerta donde se encontraba Justin apoyado en el marco de la puerta mirandome.
 
- Deja de mirarme - le tiré un cojín que dió en su abdomen. Justin miró el cojín que estaba en el suelo y despues me miró a mi. Me puse mi camiseta mientras lo miraba. Esto me estaba poniendo de los nervios.

-¿Que? - Una sonrisa traviesa cruzó el rostro de Justin. Lo esquivé cuando se fué a avalanzar sobre mi. Salí corriendo de mi cuarto mientras reía.
 
- Ven aquí cariño - dijo Justin apunto de cogerme. Me subí de pie en la cama de mi madre mientras que lo esquivaba. - No saldrás de aqui - dijo estirandose para cogerme,pero lo esquive.
 
- ¡Dejame! - reí y salté de la cama, pero cogió mi cintura y me tendió, subiendose encima mia mientras que sus dedos viajaban por mi abdomen haciendome cosquillas.

- ¡ Ay para! - reí intentando pararlo.
 
- Di, te amo Justin, eres el mejor.
 
- Te amo Justin, eres el mejor pero ¡Para! - jadeé riendome. Justin paró y me miró a los ojos lo que me pareció una eternidad.
 
- No sabes la suerte que tienes de tenerme - dijo sonriendo egocentrico. Solté una carcajada, no me esperaba eso.
 
- No, no sabes tú, la suerte que tienes de tenerme.
 
- Mmmmm … - el pensó - Creo que ambos somos muy afortunados - se acercó a mis labios.

Llegamos a una preciosa casa blanca. Tenia un bonito jardín donde había varios juguetes tirados. Justin suspiró nervioso. Cogí su mano para tranquilizarlo.
 
- Vamos, todo va a ir bien - Justin apretó mi mano y ambos salimos del coche.
Caminamos agarrados de las manos por el sendero que llegaba a la bonita casa blanca. Justin vaciló antes de llamar al timbre, y al final después de debatir con su interior, lo hizo. Todos teníamos demonios en nuestros interior. Miedos a los que no nos enfrentábamos, y Justin ahora se estaba enfrentando a uno de ellos. Lamí mis labios cuando escuché unos pasos acercarse a la puerta. Justin apretó mi mano, supongo que por que no sabía si estaría allí su padre, o por si lo vería. 
Una mujer de piel morena y pelo corto negro nos abrió la puerta con una amplia sonrisa.
 
- Oh, hola Justin - besó sus dos mejillas.
 
- Hola Erin -dijo este. - Te presento a _________. - Ella me miró entrecerrando sus ojos.
 
- Un gusto en conocerte - dijo besando mis mejillas.
 
- Lo mismo digo - sonreí.
 
- Bien, pasen, Jazzy y Jaxon están deseando verte, Justin.
 
- ¿Justin? - se escuchó la voz de una pequeña niña. Solté la mano de Justin y este se agachó para coger a la pequeña en brazos y abrazarla. Sonreí con tristeza ante esa imagen. Después un niño rubio salió corriendo hacia Justin y abrazó sus piernas. Mordí todo mi labio de abajo.
 
- Te eché de menos - dijo el niño. Justin se agachó y los abrazó a los dos juntos. 
 
- Yo también a ustedes.
 
La puerta principal se abrió dejando ver a un hombre que pude reconocer como el padre de Justin. - ¿Que hace él aqui? - dijo frunciendo su ceño. Sabía que esto iba a ponerse feo.

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